En la esfera del trabajo remunerado aún perduran fuentes de discriminación en el derecho laboral que excluyen a las mujeres de ciertos tipos y modalidades de trabajo. Estas normas se amparan en la protección de la salud o integridad física de las mujeres, argumentaciones que se refieren a concepciones estereotipadas de género y que, en muchos casos, asimilan a las mujeres con menores de edad. La CEDAW, así como otros tratados internacionales, reconocen el derecho de todas las personas a elegir libremente profesión y empleo.